El trastorno bipolar es una condición mental caracterizada por cambios extremos del estado de ánimo y el comportamiento que afecta a muchas personas en el mundo, resultado de la interacción de factores genéticos, bioquímicos y sociales.
Investigaciones indican su fuerte componente genético. El trastorno bipolar se asocia con alteraciones en los neurotransmisores o mensajeros químicos facilitadores de la comunicación entre las células nerviosas, entre ellos la serotonina, determinante en el estado de ánimo, apetito, sueño y comportamiento impulsivo; la dopamina, asociada con el placer, la motivación y la recompensa. Suele estar elevada en la fase maníaca, disminuyendo considerablemente en la fase depresiva; y la norepinefrina que influye en el estrés, la atención y la energía.
Además de los neurotransmisores, existen otros componentes bioquímicos involucrados como el desequilibrio en el calcio intracelular y disfunciones en el sistema neuroendocrino, regulador de la respuesta al estrés.
Si bien la biología es un factor importante, el entorno social es significativo en la vulnerabilidad, inicio y curso del trastorno bipolar.
Eventos sociales estresantes como los abusos, pérdidas de seres queridos, problemas financieros, rupturas sentimentales, pueden ser desencadenantes de los primeros episodios o recaídas en personas con predisposición.
Comprender estos factores ayuda a desmitificar la condición, y fomenta empatía y apoyo para quienes viven con ella.