En la incesante búsqueda de estrategias para combatir enfermedades neurodegenerativas, un equipo de científicos del Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago ha arrojado nueva luz sobre el potencial de la alimentación. Su investigación sugiere que la adherencia a un plan nutricional conocido como la dieta MIND puede estar asociada con una menor probabilidad de sufrir el deterioro cerebral característico de la vejez y vinculado a la demencia.
La dieta MIND, cuyo acrónimo responde a «Intervención Mediterránea-DASH para el Retraso Neurodegenerativo» (del inglés Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay), no es un concepto enteramente nuevo. Se trata de un modelo híbrido que combina los principios de dos dietas ya célebres por sus beneficios para la salud: la dieta Mediterránea y la dieta DASH, diseñada para combatir la hipertensión. Lo que la hace especial es su enfoque específico en alimentos y nutrientes que la literatura científica ha demostrado que son neuroprotectores.
Estudios previos ya habían asociado la dieta MIND con una reducción del riesgo de desarrollar Alzheimer de hasta un 53% en quienes la seguían de forma rigurosa, y de un 35% en aquellos con una adherencia moderada. Sin embargo, el nuevo estudio va un paso más allá al investigar los mecanismos físicos detrás de esta protección.
El equipo de investigadores analizó la información dietética y los cerebros de 809 personas fallecidas que habían participado en un proyecto de seguimiento sobre memoria y envejecimiento. Se centraron en medir la llamada esclerosis hipocampal (EH), una patología que se caracteriza por una pérdida severa de neuronas y lesiones en el hipocampo, la región del cerebro crucial para la memoria y el aprendizaje. La esclerosis hipocampal es un marcador común del envejecimiento y se asocia frecuentemente con el deterioro cognitivo y la demencia.
Los resultados fueron reveladores: los participantes que habían seguido la dieta MIND con mayor consistencia tenían una menor probabilidad de presentar esclerosis hipocampal. Esta asociación sugiere que uno de los motivos por los que esta dieta protege contra la demencia es porque contribuye a preservar la salud estructural del hipocampo, actuando como un verdadero escudo contra su degeneración.
¿En qué consiste la dieta MIND que puede reducir el Alzheimer?
Adoptar la dieta MIND no implica una restricción calórica severa, sino una elección consciente de los alimentos. El plan se fundamenta en el consumo prioritario de estos alimentos considerados «saludables para el cerebro» por su alto contenido en antioxidantes y antiinflamatorios como los flavonoides o los carotenoides:
- Verduras de hoja verde: Al menos seis raciones a la semana.
- Otras verduras: Como mínimo una ración al día.
- Frutos secos: Unas cinco porciones semanales.
- Frutos rojos (bayas): Especialmente arándanos y fresas, al menos dos veces por semana.
- Legumbres: Cuatro comidas a la semana.
- Cereales integrales: Mínimo tres raciones diarias.
- Pescado: Priorizando el pescado azul rico en omega-3, al menos una vez por semana.
- Aves de corral: Dos raciones a la semana.
- Aceite de oliva: Debe ser el aceite principal de cocina.
Tan importante como lo que se come es lo que se evita. La dieta MIND aconseja limitar drásticamente el consumo de cinco grupos de alimentos: carnes rojas, mantequilla y margarina, quesos grasos, bollería y dulces, y comida rápida o frita.
Aunque los hallazgos son esperanzadores, los propios autores del estudio subrayan que se trata de una investigación observacional y que se necesitan más estudios para confirmar estos vínculos y comprender los mecanismos biológicos exactos, que podrían incluir una reducción de la neuroinflamación y del estrés oxidativo cerebral.
Aun así, este trabajo refuerza la idea de que los factores de estilo de vida modificables, como la dieta, desempeñan un papel crucial en la salud cerebral a largo plazo. Adoptar un patrón alimenticio como la dieta MIND se perfila como una de las estrategias más accesibles y potentes para nutrir nuestro cerebro y, potencialmente, reducir el riesgo de sufrir los devastadores efectos de la demencia.