Un equipo científico encontró una nueva forma de defender a las neuronas del deterioro causado por esta enfermedad neurodegenerativa, lo que abre la puerta a futuros tratamientos más efectivos.
La hormona IGF-II, similar a la insulina producida por el organismo, actúa como un auténtico escudo para las neuronas.Imagen: ersin arslan/Zoonar/picture alliance
Científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA)y de la Universidad de Málaga identificaron que la hormona IGF-II ejerce un potente efecto protector en las células nerviosas afectadas por la enfermedad de Parkinson. El estudio, publicado en la revista científica Journal of Advanced Research, abre una nueva vía para desarrollar tratamientos que no solo alivien los síntomas, sino que también puedan frenar el avance de esta patología neurodegenerativa.
¿Qué es el párkinson?
La enfermedad de Parkinson es el trastorno del movimiento más común y afecta aproximadamente al 3 % de la población de edad avanzada. Se caracteriza por la pérdida progresiva de neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra del cerebro, lo que provoca síntomas motores como la bradicinesia (lentitud de movimientos), el temblor en reposo y la rigidez muscular.
La investigación y sus resultados
La hormona IGF-II, similar a la insulina producida por el organismo, actúa como un auténtico escudo para las neuronas. Los investigadores observaron que, cuando las células nerviosas se exponen a esta hormona, resisten mucho mejor los daños que normalmente las destruirían en el contexto del párkinson.
La enfermedad de Parkinson es el trastorno del movimiento más común y afecta aproximadamente al 3 % de la población de edad avanzada.Imagen: Oleksiy Maksymenko/All Canada Photos/picture alliance
La hormona IGF-II mejora el funcionamiento de las mitocondrias, que son como las “pilas” de las células; defiende el ADN, ya que activa procesos de reparación del material genético y previene errores que podrían conducir a la muerte celular; y frena los procesos de autodestrucción de las neuronas cuando estas se encuentran dañadas.
El equipo estudia el potencial terapéutico de la IGF-II desde el 2007. En 2021 demostraron, en modelos animales, que esta hormona podía proteger el cerebro frente a daños neurodegenerativos.
“Queremos conocer todos los detalles de cómo actúa esta hormona en las neuronas. Nuestro objetivo es que en el futuro pueda usarse como tratamiento para frenar enfermedades como el párkinson”, explicó María García-Fernández, doctora y una de las autoras del estudio.
bt (Instituto de Investigación Biomédica de Málaga, Journal of Advanced Research, EFE)
CIENCIA
Hallan forma de detectar párkinson antes del diagnóstico
Científicos han descubierto que los movimientos de una persona pueden revelar si es más propensa a padecer párkinson, adelantándose al diagnóstico clínico.
El párkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a las capacidades motóricas.Imagen: ersin arslan/Zoonar/picture alliance
El párkinson se suele diagnosticar cuando los síntomas son evidentes y el daño neuronal irreparable. Sin embargo, un estudio publicado este miércoles (03.07.2023) en Nature Medicine sugiere que los datos de movimiento de una persona pueden ayudar a diagnosticar la enfermedad de manera precoz.
Aunque los propios investigadores advierten de que son necesarios más estudios, el artículo explica que registrar los datos de movimiento podría ser una alternativa barata y no invasiva para hacer cribados a gran escala de la población y determinar quienes tienen más riesgo de desarrollar la enfermedad.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo sin tratamiento que causa la pérdida progresiva de neuronas relacionadas con la función motora. El diagnóstico suele llegar cuando la neurodegeneración lleva varios años en curso y entre el 50-70% de las neuronas de la función motora están afectadas.
Para hacer el estudio, Cynthia Sandor, de la Universidad de Cardiff (Reino Unido), y su equipo utilizaron información sobre 103.000 personas del Biobanco del Reino Unido, una ingente base de datos de medio millón de personas de entre 40 y 69 años que está a disposición de la comunidad científica.
Movimientos lentos e interrupción del sueño
Entre los datos guardados en el Biobanco, había registros de los movimientos espontáneos de esos pacientes que, hace algunos años, se tomaron durante una semana con la ayuda de un acelerómetro de muñeca.
El equipo quería averiguar si esos datos recogidos por los dispositivos de seguimiento del movimiento podrían ayudar a identificar casos de enfermedad de Parkinson antes del diagnóstico clínico.
Descubrieron que la ralentización de los movimientos de una persona se producía varios años antes del diagnóstico de enfermedad de Parkinson, y que los problemas de interrupción del sueño eran más frecuentes en las personas que terminaron siendo diagnosticadas de párkinson que en los que padecieron otros problemas neurodegenerativos y de movimiento.
Los autores sostienen que los datos de movimiento podrían ser una herramienta de cribado de bajo coste para identificar a las personas en riesgo de padecer la enfermedad de Parkinson, aunque insisten en que sería necesario repetir la investigación con otras cohortes de personas para contrastar y confirmar sus resultados.
ies (EFE, Nature Medicine)