La relación madre-hijo es uno de los vínculos más determinantes en el desarrollo emocional del ser humano, siendo fundamental en su evolución psicoemocional. Sin embargo, la relación con una madre tóxica puede tener consecuencias devastadoras en su bienestar.
Madres tóxicas son las que manifiestan gran variedad de comportamientos que impactan en la estabilidad emocional de sus hijos. La relación con tales madres se caracteriza por un estrés permanente y la carencia de apoyo emocional genuino.
Una de sus características más comunes es la manipulación emocional hacia los hij@s, utilizando el chantaje y la culpa para controlarlos.
Asumen un control excesivo sobre las decisiones de sus hijos, limitando su autonomía y toma de decisiones. Cuestionamiento constante y críticas desmedidas con exigencias desmesuradas, produciendo baja autoestima e inseguridades en ellos. También está la que se victimiza, que busca constantemente la atención de los hijos por medio de la compasión y, por último, la narcisista, centrada en sus propias necesidades para que sus hijos las satisfagan.
Si identificas tener una madre tóxica, es preciso tomar las medidas pertinentes para proteger tu salud mental.
Algunas medidas de protección podrán ser aprender a decirle NO y establecer límites, desarrollando independencia emocional, alejándote de la necesidad de aprobación materna.
Es recomendable buscar apoyo profesional para enfrentar el problema con eficacia.